Te escribo acá...
Quizá tengas algún día ganas de saber de mi... La real, la que está, la que quiso ser.
No pude convertirme en tu musa, en la dueña de cada uno de tus poemas de amor.
Nunca tuve un vestido de flores amarillas que te devolviera la paz.
No pude volverme etérea aún...
Vivo, vibro, soy.
Entera, intensa, real... Enamorada.
Lograste hacerme revivir, volver a sentir...
Y duele, duele mucho.
Ya no quiero.
En fin... Cuentas saldadas,
Balance kármico,
Vínculos eternos.
Sat Naahm