#EscritoresEspañoles
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
De aquí a un tiempo, puede que llegue a ser como vivir
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,