Cuando a mi pobre aldea feliz escapar puedo, las penas y el bullicio de la ciudad huyendo, alegre me parece

Dícenme las zagalas «¿Cómo, siendo tan niño tanto, Batilo, cantas de amores y de vino?» Yo voy a responderles,

Retórico molesto, deja de persuadirme que ocupe bien el tiempo y a mi Dorila olvide. Ni tú tampoco quieras

Merced a tus traiciones al fin respiro, Nice; al fin de un infelice el cielo hubo piedad. Ya rotas las prisiones,

Pensativo y lloroso, contemplando cuán tibia Dorila mi amor oye por hermosa y por niña, al margen de una fuente

En esta breve tabla, discípulo de Apeles, cual yo te la pintare, retrátame mi ausente. Retratada cual sale

¡Oh dulce tortolilla! no más la selva muda con tus dolientes ayes molestes importuna. Deja el arrullo triste,

Doquiera que los ojos inquieto torno en cuidadoso anhelo… allí ¡gran Dios! presente atónito mi espíritu te siente. Allí estás, y llenando

La blanda primavera derramando aparece sus tesoros y galas por prados y vergeles. Despejado ya el cielo

Bajo una erguida populosa encina, cuya ancha copa en torno me defien… de la ardiente canícula, que ahora con rayo abrasador angustia el mun… tu oscuro amigo, Fabio, te saluda.

¿De dónde alegre vienes tan suelta y tan festiva, los valles alegrando, veloz mariposilla? ¿Por qué en sus lindas flores

¿Si es él, Amor? ¡Qué trémula la… rompe el último nema! Me lo anunci… con zozobra feliz saltando el pech… No, no puedo dudarlo: el importuno velo cayó; tu celestial imagen,

Al prado fue por flores la muchacha Dorila, alegre como el mayo, como las Gracias linda. Volvió a casa llorando,

¡Oh!, rompa ya el silencio el dolo… y al labio salga en dolorido acent… la aguda pena en que morir porfío. Con lastimeros ayes gima el viento… y entre suspiros y mortal quebrant…

¿De dó tus quejas vienen, o dulce tortolilla? ¿El bien perdido lloras? ¿o en blando amor suspiras? Amor, amor te inflama.