Horacio Sepúlveda

Querida, huyamos de las masas

Sube al auto
no mires atrás
escaparemos de la rutina
una vez más
 
Delante sólo está el mar
nos llevará a la deriva
miraremos de cerca el sol
inmolados por impulsos
                          irracionales
 
Pondrás tus pies
sobre el tablero
las piernas cruzadas
mi mano guardada
                 en tu entrepierna
 
Dejaremos que el viento conduzca
a través del sueño infinito
y gire el volante
en cada desviación
                        del deseo
 
Desabrocharás tu cinturón
inventando el amor
en el asiento trasero
mientras en el estéreo suenan
historias de fantasmas
 
El viaje es largo
vayamos despacio
en alguna estación
tendremos que parar
y comenzar a mirar
por el espejo retrovisor

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