Sube al auto no mires atrás escaparemos de la rutina una vez más Delante sólo está el mar
Apenas la aurora nos envuelve bajo su manto purpúreo tu piel se eriza y despierta el pálpito de un corazón perezoso que rechaza su destino
No sé por qué pero quiero que te quedes Espera a que me duerma y mientras duermo puedes marcharte
Te dejo mis dientes enterrados en tu sexo mi barba enredada en tu vientre mis uñas
Riendo el llanto y llorando la risa nos amamos en silencio embriagados de placer a sorbitos
Dos adolescentes se toman de la mano un audífono tú un audífono yo Ella
Algunas luciérnagas tiritan bajo exangües nubes del ocaso El viento ulula como si se lamentara de algo o simplemente tratara de espantarnos