La calle llega hasta tu puerta,
entro
cae bajo la lluvia
me desahogo
la sombra dentro tuyo se enfurece
y aparecen tus ojos como lágrimas.
Aquí estoy
no me eches
no me bajes la boca
mis pies sobre tu vida se fueron demasiado
y se volvieron locas mis manos sobre ti.
Aquí estoy
no me eches
que esas horas de viaje rendido, apretujado
no quedan más ajenos que peces en la red
como pedazos de hambre puesto a lamer tus manos.
No es la primera flor
este amor continúa creciendo como el brazo
de un ahogado en tus lágrimas.