Hay calles donde el eco suena y no hay nadie que lo responda, caras anónimas, camino tras camino, a veces por la misma senda
Don José María, benditu seiga, que bajasti del cielu en alforjas… como l’aire claro que baja a la je… cuando el sol d’eneru dora la tier… Vinisti callandu, con traje sencil…
Quizás, si pudiéramos huir, sería hacia el vacío, donde el tiempo se disuelve y el eco del mundo se apaga. Un rincón donde las horas
las hojas muertas son como mis recuerdos no se recogen
Lino y luna, eras de un tiempo pasado que nunca apuró su reloj. Tu cuello, sutil,
No hubo palabra que quebrara la qu… ni gesto que torciera el cauce del… Solo la certeza de un puente invis… de un hilo de aire que sigue tendi… Agradezco el arte de no decir,
Desnudo, solo se yergue, se lamenta siento sus gritos
Me empujas a tus brazos me llevas sin descanso a tu preesencia pierdo mis referencias apareces de pronto
he estado esperándote todos estos días como un niño perdido por estas avenidas llenas de gente con prisa
Todavía recuerdo el silencio entre nosotros. Ese que no pesaba, pero decía tanto.
Non so nulla di te non ne ho bisogno, ti conosco nel silenzio, nelle parole che mai ci siamo detti.
Sobre la piedra deja el tiempo una sombra imperceptible sobre la piel labra un surco la vida
Dolce dolore, morire senza il tuo battito, vivere con il tuo ricordo.
altiva y perdurable tu grandiosa silueta forjada por los años, por la sangre y la piel de la gente sencilla
Venite a me, figli miei, quando la luna trema sui balconi e le strade si arrendono all’incen… Venite con passi lenti, con la fede accesa nella cera,