El privilegio de sentir tanto,
tan harta de vivir y no desvivirme
de perderme y que no me encuentren,
de tener que ir adivinando que vale la pena
Voy pateando piedras,
esperando que las regresen
soplando lo ya frio
y derritiendo hielos
Exhalando el humo de diferentes maneras,
jugando a que cambio la rutina
por la forma en que tiro la ceniza
Vaciando la copa por puro gusto,
queriendo confirmar si existe el libre albedrio
descubriendo que quizá,
para buscar problemas
Luego estás tú, no poniéndome orden
porque hay quienes no tienen remedio,
pero si parándote a mi lado
cuando alrededor hay guerra.