Enrique José Varona

A la Convención Provincial de Periodistas de Camagüey (1929)

Desean ustedes, queridos paisanos, que este viejo periodista les dirija algunas palabras, al reunirse ustedes para formular sus nobles aspiraciones. Sean las primeras para aplaudirlos. Su actitud revela ya el espíritu de esa región indomable. Escritores de Camagüey, saben de sobra que la dignidad de su profesión y su verdadera utilidad social depende de la unidad colectiva, y ésta de la independencia personal del pensamiento.

Los comprovincianos de Ignacio Agramonte y de Ignacio Mora, los que saben que “El Camagüey” de Muñoz Ruvalcaba fue el portaestandarte de la revolución emancipadora de nuestra tierra, los que recuerdan que Antenor Lescano, Miguel de Quesada y veinte más esgrimieron la pluma, para abrir el surco que había de fecundar la sangre de los héroes y de los mártires, no necesitan que se les recuerde que el primero de sus deberes es defender la libertad—Que no sea éste un mero nombre en la pluma del escritor. Que sea el santo y seña de la cruzada perenne de hombres libres en pro del derecho. Mirémonos frente a frente, y digamos en voz alta si nuestra Cuba realiza hoy plenamente la gran idea, por la cual pugnaron y se sacrificaron aquellos insignes precursores. Porque sólo en esa atmósfera se desenvuelve sin trabas y se alza a lo más alto un verdadero pueblo.

Vuelvan ustedes después la vista a los intereses particulares de nuestra región y de cada comarca dentro de ella; pues sólo sobre ellas florecen los dones del corazón y la inteligencia. La pobreza enflaquece el carácter y ahoga las grandes aspiraciones. No se yerguen ciudadanos donde bajan la cabeza pordioseros—Habrá a quienes parezca que sólo digo aquí generalidades. ¿Qué otra cosa puede escribir quien vive fuera de ese ambiente, donde cada uno de ustedes recoge las palpitaciones de la vida local? Pero la labor del periodista no puede reducirse a ese círculo. Cumpliendo ese deber, tiene otro más amplio; hacer que sus lectores participen de la gran vida contemporánea, y saquen de su conocimiento ideas que aplicar a lo que le es privativo. El periodista es el heraldo de todas las ideas que cruzan el espacio, el vigía que anuncia todos los peligros y el anuncio de todos los progresos que alborean. Periodistas camagüeyanos, sé que son ustedes dignos de tan grande obra.—Solamente con haberse reunido en apretado haz, como lo prueba esa Convención que van a celebrar, están realizando una verdadera tarea de ciudadanos. Desde lejos, pero con el corazón junto a ustedes, los exhorto a continuarla, para el bien de Cuba

Enrique José Varona
Habana, 20 de diciembre de 1929
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