La iglesia resguarda evangelios apócrifos,
(yo, un par (o más) de textos malditos.)
Y no por su transgresión
Sino por la gracia
—tan real—
Al inmortalizar
—eternamente—
lo que desesperadamente intenta olvidar.
Letras lúgubres, libres de levedad y llenas de lamento.
Que pido al cielo no vean la luz jamás.
y que –irónicamente–
al negar su existencia
solo logro alimentar.
Todas mis letras
Siempre.
Manchadas del
Dolor.