Despierto es el embozo de sonrisa
que el abanico de una estrella vela
mientras el ojo caricioso cela
el paisaje vestido de su brisa.
Alegría inefable; alma indivisa
que en el alto cielo de inocente riela.
Ola de ausencias que dormida vuela
cantando hacia sí misma. Ola sin prisa
que arrastra y me trae hasta la orilla
de mi primera infancia. Voz que mece
el júbilo en mi sangre luminosa.
¡Arbol, música, espuma, maravilla
del retorno fugaz que me estremece
devolviéndome al canto y a la rosa!