Poner orden a ciertas cosas de tu vida
Es tener fastidiado y bordado el corazón.
¿Para qué acomodar las cuerda rotas de tu canto?
¿Tiene sentido haber perdido la fe
En la erosión de los números?
A mí me gusta el desorden que has dejado en mi
Acostumbrado estoy a tus asaltos
Porque es entonces que llegas
—Nunca se sabe a ciencia cierta el cómo o cuándo—
Te desnudas radiante y posas esta vez
Para mi triste sordera
y mis pinceles ya gastados
A mí me gusta el desorden
Que dejas siempre en mi, Poesía.
Tengo un aliento diferente
Que alimenta tu vibración
En cada abrir y cerrar de mis pupilas
Eres tierna estación
Noche que todavía anhelo
Primavera y canción,
Sutil mortaja mía.