Este poema es como una empanada
Deshaciéndose en mi boca.
Derribando también
La trampa de lo estable.
Saboreo sus bordes.
Miro mi ticket de atención
para ser algo en la vida,
Y por enésima vez
Abandono la fila con cierta desazón.
El diablo está en los detalles.
En mi lengua excitada por el aderezo
Audible de esta empanada rellena
Con atún de lata.
¿Es necesario un escenario para
Estos versos que me delatan
A la tercera mordida?
Campanadas de tiempo.
Ayer fui joven y olvidé ver el mar.
Siento el sabor de esta empanada
Rellena con atún Miramar
Desvaneciéndose bajo el rodillo
Informe de mi lengua.
La empanada se acaba,
También se acaba el poema.
Tan parecidos son
El hambre y el amor
Que el horizonte de mi paladar
Aún
No los distingue.