Tu resplandor
La brisa clara, la flor dormida,
Por la alondra de luz mecida,
Dirán su canto con esplendor;
¡Ay, Dulcecita, mi bien querida,
no apagues nunca tu resplandor!
La estrella pura, la fuente en calma,
por los caminos del cielo y alma,
darán su espejo de resplandor;
¡Ay, Dulcecita, mi flor en palma,
no cierres nunca su resplandor!
La luna blanca, la nube errante,
por los suspiros de un cielo amante,
irán danzando con su fulgor;
¡Ay, Dulcecita, mi fiel diamante,
no dejes nunca su resplandor!
El viento tibio, la espuma suave,
con su rocío de luz y nave,
tejerán sueños en tu albor;
¡Ay, Dulcecita, mi estrella clave,
no pierdas nunca su resplandor!
El sol risueño, la mar tranquila,
con su caricia que todo anida,
serán tu canto, serán tu amor;
¡Ay, Dulcecita, mi dulce vida,
no apagues nunca su resplandor!
