Testimonio de un Alma Errante
I
Caminé senderos de sombras y niebla,
con los pies heridos, con el alma en vela.
Busqué respuestas en labios callados,
en noches sin luna, en sueños cansados.
II
Grité mi nombre al eco del viento,
y el eco volvió vacío y sediento.
Perdí la fe en la piel de los días,
y el tiempo dejó solo cicatrices frías.
III
Pero un día, entre ruinas y lodo,
brotó un susurro, tan limpio, tan hondo.
Era mi voz, al fin renacida,
era mi historia pidiendo salida.
IV
El sol me abrazó con su luz dorada,
y en cada lágrima vi mi jornada.
No era derrota, no era final,
era el comienzo de un vuelo inmortal.
V
Hoy miro al cielo con ojos de fuego,
ya no me escondo, ya no me niego.
Soy quien fui, quien seré, quien soy,
con cada herida bordando mi hoy.
Versos de vida, suspiros del alma, la verdad que solo el corazón sabe contar...
