Poesía Viva
Nunca sentí que la poesía vivía
Hasta que vi tus ojos, donde el verso ardía.
En sus iris oscuros, metáforas bailan,
Y en sus pupilas claras, símiles cantan.
Como alejandrinos, sus largas pestañas,
Afinan el ritmo de melancólicas mañanas.
En sus párpados, versos ocultos se esconden,
Que inspiran sonetos y odas sin fondo.
Sus miradas, dísticos que el alma cautivan,
Y sus guiños, rimas que el corazón alivian.
Desde que tus ojos miran los míos,
La poesía es mi aliento, mi canto y mi brío.
Nunca antes supe que estaba a mi alcance,
Hasta que la descubrí en su encantador avance.
