El poema "Nenúfares" evoca en mí una sensación de profunda serenidad y tranquilidad. Algunos de los sentimientos que me suscita son:
1. Contemplación: La descripción detallada y sutil de los nenúfares flotando sobre las aguas quietas y serenas me invita a detenerme y contemplar la belleza y la gracia de estos flores acuáticas.
2. Armonía: La forma en que se mecen las hojas verdes al compás del viento y la imagen de los nenúfares como "elegantes barcos de cristal" transmiten una sensación de perfecta armonía entre la naturaleza y el mundo acuático.
3. Espiritualidad: Hay un cierto misticismo y espiritualidad en la forma en que los nenúfares se describen como "ajenos a las penas y las tempestades", casi como si fueran seres de otro plano de existencia, alejados de los problemas del mundo material.
4. Refugio: La idea de que los nenúfares ofrecen "un refugio a los insectos" y que bajo su "manto de inocencia y calma" el alma cansada puede hallar "la anhelada paz", evoca una sensación de protección y cobijo.
5. Pureza: La blancura inmaculada de las flores y su "pureza candente" transmiten una imagen de limpieza, delicadeza y perfección.
En general, el poema me sumerge en una atmósfera de introspección, de conexión con la naturaleza y de búsqueda de un estado interior de quietud y serenidad. Es un texto que invita a la meditación y a reconectar con esa parte más espiritual y serena de nuestro ser.