Entre Sombras y Brillos
De un bosque milenario brota el leve misterio,
donde el tiempo se aquieta en su lento vagar,
la brisa murmura un canto tan etéreo
que parece del mundo entero escapar.
Las hojas se inclinan, vencidas por el peso
de un sol que apenas toca su verde fulgor,
y en el tronco se esculpe con antiguo exceso
la forma de un sueño que duerme sin rumor.
Los arroyos susurran secretos a la roca,
y el musgo, paciente, la cubre con su manto;
en los cielos, la nube sin prisa se desboca,
como un lienzo celeste que absorbe su encanto.
En la calma se esconde la voz de lo profundo,
y el eco lejano que susurra al oído:
no existe más gloria, en este ancho mundo,
que vivir y morir en silencio bendecido.
