Oh, vasto pulmón de la Tierra,
donde el río serpentea en danza,
tus aguas abrazan la vida,
en un abrazo eterno de esperanza.
Bajo el dosel de tus árboles,
se susurran secretos antiguos,
cada hoja, un eco de historias,
de culturas, de sueños y caminos.
Tus criaturas, guardianes silentes,
hablan en lenguas de colores,
el jaguar, rey de la selva,
y el loro, portador de amores.
Los ríos, arterias de tu ser,
fluyen con fuerza y majestuosidad,
un canto de vida que resuena,
en cada rincón de tu inmensidad.
Oh, Amazonas, madre generosa,
tu belleza es un canto al universo,
en tu abrazo, la humanidad encuentra
la sabiduría de un verso eterno.
Protege tu esencia y tu magia,
pues en ti reside nuestra verdad,
la grandeza de la naturaleza,
un legado que debemos cuidar.