En la sombra de la luna,
canto un amor perdido,
las olas susurran su nombre,
un eco en mi corazón herido.
Sus ojos, estrellas que brillan,
en la noche oscura y fría,
cada lágrima es un recuerdo,
de la dulce melancolía.
Las guitarras lloran su canto,
y el viento lleva mi queja,
mi alma busca su abrazo,
mientras el destino se aleja.
El fado, mi fiel compañero,
narra historias de añoranza,
en cada nota, un suspiro,
en cada verso, la esperanza.