Eres mi motivo lírico y temple de ánimo,
la luz que en la penumbra borda su encanto,
el verso escondido tras cada suspiro,
el eco en mi alma que rompe el quebranto.
Eres la caricia de un viento sereno,
la chispa que prende mi fuego escondido,
la luna que besa mi noche en silencio,
el pulso en mi pecho, mi norte y sentido.
Eres el perfume que embriaga los sueños,
el tacto intangible de un dulce refugio,
la nota que canta la aurora en mi pecho,
la calma infinita que en ti siempre intuyo.
Eres mi sendero, mi estrella, mi faro,
la causa sagrada de mi poesía,
el alma que enciende mi verbo y mi canto,
mi temple de ánimo, mi eterna alegría.