Montmartre, cumbre de almas errantes,
con tu bohemia en piedra esculpida,
albergas historias de tiempos distantes,
susurros de arte, pasión encendida.
Tus calles de adoquines susurran secretos,
de poetas y pintores que en ti se perdieron,
bajo farolas de luces discretas,
sus musas en lienzos y versos nacieron.
Oh, Sacré-Cœur, guardián de la altura,
vigía solemne del alba dorada,
tu mármol contempla la noche oscura,
y el alba que besa la brisa encantada.
Cabarets de risas, de luces doradas,
Moulin Rouge danzando en giros febriles,
las sombras se pierden en plazas calladas,
donde el vino y la música son inmortales.
Oh Montmartre, rincón de ilusiones,
retorno en tus calles con alma rendida,
mi corazón en tus melodías se esconde,
y en tus esquinas mi espíritu anida.