Mi ser entero te ofrendo y mi haberes,
Aunque prohibido esté, a ti lo otorgo;
A una mujer hermosa que me abrieres
El corazón con tu deslumbrante sorgo.
Tus pupilas oscuras son mi cielo,
Tu piel de nácar, mi celestial lecho;
Tu voz, un dulce canto que consuelo
Y en tus besos, mi anhelo encuentro hecho.
Todo lo que soy y tengo es para ti,
Amor prohibido que no puedo ocultar,
Pues tus encantos me han hecho sucumbir
Y por ti, todo mi ser quiero entregar.