Manolito toca la gaita,
siempre en medio de la fiesta,
pero cuando sopla fuerte,
¡la gente toda protesta!
Tiene un aire tan largo,
que hace volar los palomares,
y cuando Manolo sopla,
¡tiemblan hasta los animales!
“Manolito, ya está bien,
deja aire para los demás,
que si sigues tan intenso,
¡todos vamos a volar!”
Pero él sonríe con la gaita,
no le importa lo que dicen,
porque toca por el mundo...
¡o porque le pagan el vino, dicen!