El viento dibuja caminos de agua,
las hojas despiertan en ríos de sol.
Un pájaro canta su risa en el aire,
las nubes lo siguen jugando al tambor.
Las sombras descansan sobre los almendros,
la tarde se tiende su traje de azul.
Los niños descalzos persiguen burbujas,
sus risas son ecos de un tiempo sin sur.
Y en medio del parque, la luna se asoma,
redonda, curiosa, de azúcar y luz.
La noche la mece con hilos de brisa,
susurra su cuento, la arrulla, y ¡shhh!