Festín del Alma
Ven, oh Huésped, siéntate a mi mesa,
saborea los manjares que he preparado para ti.
Deja que tu alma se deleite y se extienda
en el festín que he dispuesto, sólo para ti.
Aquí yacen los frutos de mi más honda cosecha,
la miel destilada de mis más íntimos desvelos,
las especias refinadas de mi pensamiento profundo,
los alimentos que nutren el espíritu y los cielos.
Sacia tu hambre de verdad, tu sed de inspiración,
con los platos que he cocinado con tanto esmero.
Embriaga tus sentidos con el vino del conocimiento,
y déjate llevar por el éxtasis que tanto anhelo.
Abre tu paladar a las delicias del entendimiento,
a los sabores exquisitos de la sabiduría infinita.
Deja que tu lengua se deslice por las sutiles texturas
de los misterios que el alma devota medita.
Saborea la riqueza de las ideas, la gracia de los conceptos,
la suavidad de las metáforas, la caricia de los versos.
Que cada bocado que tomes te llene de asombro y deleite,
y te sumerja en el éxtasis de los universos diversos.
Sé mi Huésped, oh Alma que buscas la comprensión,
y déjate seducir por este festín del intelecto.
Entrégate por completo al banquete de la intuición,
y descubre los secretos que en mi mesa están dispuestos.
Pues en este convite de ideas y emociones,
yace la esencia misma de lo divino y lo humano.
Aquí podrás saciar tu hambre de revelaciones
y estrechar en un abrazo lo Eterno y lo Mundano.
