Eres viento desatado,
furia inmensa en tempestad,
un sendero abandonado
sin destino ni piedad.
Eres eco del pasado,
voz que grita en soledad,
un suspiro desolado
que se ahoga en su verdad.
¡Ay, del alma que tropieza
y no aprende su lección!
Que el orgullo no endereza
lo que dicta el corazón.
Solo vence la tristeza
quien camina con razón.