Egipto Eterno
Oh, tierra sagrada de arena y misterio,
donde el tiempo se inclina ante tu esplendor,
tus ríos murmuran un canto etéreo,
y en cada templo palpita el amor.
El Nilo, serpiente de vida infinita,
abraza tu suelo con gracia ancestral,
trayendo el verdor que en sus aguas palpita,
y el susurro eterno de un ciclo vital.
Tus pirámides cortan cielos dorados,
guardianas de historias que nunca se van,
y en la mirada de tus colosos sagrados,
habita un enigma que nadie sabrá.
El viento recorre Luxor, Tebas, Menfis,
y entre susurros revive el ayer,
donde los faraones, en gloria y en vértiz,
marcaron la historia para no perecer.
Oh, Egipto, espejo del alma perdida,
en ti convergen leyenda y verdad,
luz de los siglos, esencia vivida,
eterna y profunda como la eternidad.
En tus arenas late lo divino,
en tus estrellas la inmensidad,
y quien te sueña descubre el camino
hacia lo eterno, hacia la paz.
