Voy a preguntarle a mi pasado
qué tengo que hacer con este presente,
porque a veces el ahora es un nublado
y el ayer parece más coherente.
Me siento en la sombra de un recuerdo,
como quien busca abrigo en lo que fue,
y escucho en el eco de lo que pierdo
respuestas que el tiempo aún no dejé.
“¿Qué harías tú con esta duda nueva?”,
le digo al niño que fui alguna vez,
y él, entre juegos y una risa leve,
me habla sin miedo, sin porqués.
Tal vez el pasado no tiene llaves,
pero guarda mapas en su rincón,
y a veces, entre ruinas y mil aves,
me guía sin juicio, solo intuición.
No todo lo viejo es solo historia,
a veces enseña sin intención.
Así, conversando con mi memoria,
tejo en el hoy una decisión.