Tu risa era un murmullo de agua li… un eco suave en el temblor del vie… latido silencioso de la brisa, destello breve en un azul eterno. Tus pasos eran huellas en la espum…
En calma invernal la mente se ador… soñando en la esencia que al alma… la sombra en su manto su huella am… y el frío susurra su voz que retor… De escarcha es el aire, de nieve l…
En campos de verde abrigo, manos de tierra y sudor, siembran con fe y con amor, esperan fruto en el trigo. El sol con su fiel testigo
El destino, implacable y cruel, nos marca un sendero ineludible, un camino oscuro, irresistible, que nos lleva a un final inevitabl… La muerte, sombra que nos persigue…
Dos mundos, dos historias, dos cam… parecían distantes, imposibles de… Diferentes costumbres, distintos d… un abismo profundo que había que c… Pero el amor, terco, no conoce fro…
Oh alma, mar de olas y tempestades… brisa que arrulla y viento que qui… en tus abismos mora la espera, en tus espumas danzan verdades. Eres la calma de las edades,
Suspiros que se alzan en la brisa susurrante, acariciando las sombras con su arrullo vacilante. Frases que se disipan,
No me toques, te ruego, ese vals s… que trae consigo el peso de otras… En su cadencia, el alma encuentra… donde el tiempo devora sus heridas… Es danza de espectros, de luces ex…
Te amo y te deseo lo suficiente, como las estrellas al firmamento, como el río al mar, en su movimien… como la flor al sol, en su ausenci… No hay distancia, ni ausencia, ni…
Que la dicha nos envuelva con su manto celestial, un refugio de armonía en este viaje terrenal. Que su velo sea escudo
En el aire, una mariposa danza, Sus alas de seda rozan el ocaso. Efímera silueta contra el horizont… Vuela sobre el abismo del recuerdo… El viento del mar la acaricia,
Un árbol crece al borde del vacío, allí donde el sentido se deslíe y deja de existir bajo la sombra que forma lo que nunca se pronunci… No es tronco ni raíz ni rama ciert…
La poesía es mi vida, mi lenguaje, mi apuesta. Es el eco de mi sangre y la voz de mi certeza. En sus ríos me reflejo,
Quiero beber el agua que no existe… la que mana del sueño de la roca, y entre las zarzas negras de la no… correr desnudo al grito de la auro… Quiero besar la sombra de la espin…
En la sombra de un tiempo oscuro, donde el verbo era prisión, María, con su luz de fuego, hilvanó su rebelión. No blandió fusil ni espada,