Oh alma, mar de olas y tempestades,
brisa que arrulla y viento que quiebra,
en tus abismos mora la espera,
en tus espumas danzan verdades.
Eres la calma de las edades,
puente de estrellas, llama que medra,
en cada sombra, luz que celebra
el misterio de tus dualidades.
A veces río, a veces herida,
a veces puerto, faro encendido,
siempre un latido que busca vida.
Oh alma mía, camino perdido,
¿será la paz tu ruta elegida
o el huracán tu fiel recorrido?