Amor inalcanzable
I. Encuentro en el ocaso
Un día entre los vientos te encontré,
mirada de relámpago encendido,
y aunque jamás tu voz reconocí,
sentí que en tu silencio yo he nacido.
La brisa en tu cabello se enredó,
jugando con la luz de aquel instante,
y el alma, como un eco, me gritó
que amarte era un abismo desbordante.
Pero la sombra fría del destino
cercó la luz con su mortal frontera,
dejando al corazón sin su camino,
atado a un imposible que me
II. La distancia en susurros
Te miro desde lejos, sin tocarte,
tan cerca de mis manos y mi aliento,
y el tiempo nos obliga a separarnos,
dos almas que naufragan en su intento.
El mundo nos rechaza sin piedad,
nos lanza hacia orillas opuestas,
pero en cada palabra hay tempestad,
y en cada despedida, mil protestas.
No hay nadie que comprenda lo que arde,
lo eterno que en tus ojos se despierta,
ni el grito que en mi pecho se hace tarde.
Mas sigo, corazón en llama abierta,
amando en cada sombra tu reflejo,
perdido en la condena de este anhelo.
III. La melodía del adiós
El viento trae un eco de tu risa,
susurro que en mi piel deja un lamento,
y el mundo se disfraza de ceniza
cuando no está tu luz en mi momento.
Las notas de esta música callada
se pierden en la bruma del olvido,
como un compás de amor desafinado,
como un acorde roto y sin sonido.
Mas dejo en estas cuerdas la esperanza,
una canción que el tiempo ha de escuchar,
quizás en otro otoño y otra danza,
cuando el destino quiera recordar.
Y entonces, entre notas y suspiros,
renazca este imposible sin olvidos.
