Que resuene la gaita, que cante el tambor,
hoy la fuerza de las mujeres es llama y clamor.
Unidas las manos, alzada la voz,
para que el mundo escuche nuestro son.
Desde los valles hasta el mar abierto,
desde los montes donde duerme el viento,
marchan las hijas de las que lucharon,
mujeres bravas que nunca callaron.
Con paso firme, la frente erguida,
tejen futuro, dan luz a la vida,
navegan libres, sin miedo a la tormenta,
sin cadenas, sin sombras, sin palabra opuesta.
Resuene la gaita, que cante el tambor,
porque hoy y siempre, con fuerza y ardor,
las mujeres del mundo alzan el grito,
¡juntas, hermanas, nunca al olvido!