Bajo la sombra de un árbol añejo, me siento a soñar con días mejores… El viento susurra, cual dulce cons… memorias que calman los viejos dol… Añoro el ayer, cuando el alma cant…
Eres el fuego lento que hierve mi… la especia secreta que enciende mi… En tus labios, amor, encuentro el… de un chocolate amargo, intenso y… Tu piel guarda el toque suave y do…
Voz de la tierra, canto del pueblo… Mercedes Sosa, tu alma es un verb… Tu canto es eco de nuestro sentir, La lucha, el dolor, el porvenir. En tus canciones, la voz de los qu…
¿Recuerdas aquellos días, Cuando la vida era un juego? Corríamos por los prados, Sin preocupaciones ni miedos. El sol brillaba radiante,
Eres el manjar que calma mi anhelo, un dulce consuelo que quiero probar. Tu amor es guisar
Pequeña semilla, tesoro dormido, bajo la tierra esperas con afán. Yo te prometo cuidado y cariño, para que pronto puedas germinar. Te doy agüita fresca y cristalina,
Te miro desde lejos, sin ser visto… tu belleza me hiere y me cautiva, mientras mi corazón en vano grita, un amor que en silencio yo resisto… Tus ojos brillan, pero no por mí,
Mar que en tus olas llevas el mist… un eco de siglos y de rutas viejas… tus aguas me llaman, firmes y pare… a un viaje sin fin, callado y etér… Tienes en tu bramido un canto extr…
Batalla conmigo misma, una lucha que nunca termina, entre mi corazón y mi mente, una guerra que siempre se aviva. Por un lado, mi corazón,
Carlita de miel y flor, ojitos de agua sencilla, te mando mi gran amor, en un verso de vainilla. Carlita de terciopelo,
Como agua silvestre por la pendien… Fluye mi alma con libertad, Siguiendo el curso de mi destino, Sin temor a la adversidad. Como agua silvestre por la pendien…
La Muerte, muy astuta, con sotana y gran sermón, llegó con su risa bruta a dar la extrema unción. El enfermo la miraba,
Entre bruma y trueno, la pluma busca su vuelo. Cuando el mundo se quiebra, la poesía tiende su tela. En la noche más oscura,
Éramos sombras breves bajo un ciel… ecos que la noche olvidaba a su la… Éramos la grieta en la piel de un… la sed de un río que nunca tuvo he… Nos quedamos allí, colgados del vi…
Perdón por no saber quedarme, por prometer más de lo que podía. Creí que amar bastaba, pero olvidé lo que tú sentías. Lo siento por las veces que callé,