**Adiós, amiga Montse**
Te marchas, Montse, y el viento susurra
tu nombre en cada rincón donde reías.
Llevarás contigo las estrellas más puras,
y aquí quedarán tus huellas, tus días.
Tu risa, un eco en el aire de agosto,
tu voz, una brisa que nunca se apaga.
Nos dejas con recuerdos y rostros
que en tu ausencia, amiga, aún te llaman.
Fuiste el sol en mañanas nubladas,
una chispa de luz en la sombra más fría.
Ahora te vas, y el cielo se abre
para recibirte en su eterna armonía.
No diremos adiós, sino hasta luego,
pues en el corazón nunca hay distancia.
Te llevaremos siempre, en secreto,
en cada sonrisa, en cada esperanza.
Vuela alto, Montse, que el cielo te espera,
y aquí en la tierra, tu rastro perdura.
Nos dejas, amiga, pero nunca te alejas,
pues en nuestra memoria, eres eterna dulzura.
