Dulce María Loynaz

Poemas sin nombre: XXVI

Por su amor conocerás al hombre. El amor es su fruto natural, el más suyo, el más liberado de su ambiente.

El amor es el único fruto que brota, crece y madura en él, con toda la simpleza, la pureza y la gracia de la naranja en el naranjo y de la rosa en el rosal.

Hay hombres sin amor, pero de estos hombres nada se sabe:
nada pueden decir a la inquietud del mundo.
El amor es el fruto del hombre y también su signo; el amor lo marca como un hierro encendido y nos lo deja conocer, distinguir, entresacar...

No conocerás al que pasa por su vestido de palabras brilladoras—lentejuelas de colores...—, ni por la obra de sus manos ni por la obra de su inteligencia, porque todo eso lo da la vida y lo niega... Lo da y lo niega a su capricho—o a su ley—la vida...

Y hay muchos que van derechos porque el aire no sopló sobre ellos, y otros hay que se doblan como se dobla el arco para arrancarle al viento su equilibrio, o para proyectarse de ellos mismos, fuera de ellos—¡en el viento!—, por la trémula, aguda flecha íntima...

La palabra noble es ciertamente un indicio; la obra útil es ya una esperanza. Pero sólo el amor revela—como a un golpe de luz—la hermosura de un alma.

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Dulce María Loynaz...



Arriba