(i) La belleza es un slogan. El arte por el arte se ha convertido en el arte para vender.
La ley del gusto se cifra en la probidad del rendimiento.
Todo estilo de expresión feo tiene custodio en las metamorfosis del futuro.
Esta descripción de Birmingham -gran centro industrial- de Dickens se adecúa al sentimiento de la vida mental de un "influencer" o general coetáneo mío:
"Por doquier, tan lejos como permite ver el plomizo horizonte, las altas chimeneas, apretadas unas a otras, reverberando en el infinito su fea y triste forma, su horror de opresiva pesadilla, llenaban con su pestilencia el aire cargado de tristeza".
Sustitúyase "chimeneas" por "links" o "posts". La tecnología es una inútil cesta de estiércol.
Deseo exiliarme a cualquier aldea del campo francés. Fuera de todo esto.
(ii) "REGIS AD EXEMPLUM TOTUS COMPONITUR ORBIS", declaró Claudiano, es decir, todo el mundo se conforma con el ejemplo de los reyes, o sea , que los "súbditos" imitan a las élites.
Hoy los reyes y cardenales imitan a los frailes y panaderos, a poder ser intentando convertirse en lo más bribones y deslustrados o analfabetos posibles. La ejemplaridad no se difumina por capilaridad de arriba a abajo; triunfó la rebelión de las masas, que lo quieren todo (ideas, políticos, libros, arte, etcétera) a su imagen y semejanza; de una zafiedad embarazosa, escandalosa y decadente.
El Papado es una monarquía peronista y populista chusca, la realeza una suerte de "reality" a lo "Gipsy kings", con una reina nieta de taxista y muy probablemente mentalmente desequilibrada.
Si me leen desde la embajada de Francia les suplico que me permitan exiliarme; no soporto, químicamente no soporto más, la catetez hispánica.