“Aquí, hace ya muchos años,
unos hombres lucharon con valor
contra un pueblo oriental, y decidieron
con la furia de sus armas aquel día
lo que aún es Europa, la Civilización
de la que somos hijos.
[...]
Pero si hoy, 2500
años después, tú y yo aún sentimos
en nuestra alma el vértigo
de la Libertad, si aún hay algo
en nosotros que sigue enfrentándose a la Horda,
si aún hay pensamiento y sentido
de la individualidad, es porque ellos
defendieron orgullosos aquel día
este pedazo de tierra polvorienta
y sellaron el paisaje con su gloria.”
J.M. Álvarez
(i) Día ventoso, se oye como el pasar aire por una tuba. Día solitario de aldea. Y, sí, mis relaciones sociales no es que sean deficitarias, sino que son francamente nulas.
A veces pasan semanas sin que hable con nadie. En puridad no me afecta. Hay demasiados zopencos y zafios sueltos. Lo que echo de menos es una conversación interesante acerca de libros. Una conversación de mortales con pensamientos mortales. Pero temo que muchos que se califican de "intelectuales" guardan la lengua sobre Cicerón y Aristóteles, y en cambio se les calienta al tomar la conversación el tema sobre personajillos basura de la televisión, o, en el mejor de los casos, al comentar los giros y regiros del "plot" de una serie de Netflix.
Orgulloso de mi soledad rumio mis ideas como un señor feudal, como un caudillo gobernando una ínsula de pensamientos augustos, como un melancólico huyo de este mundo de letrinas y analfabetos. A mis soledades voy, regio portador de mi destino. La amistad más insigne es la amistad entre iguales, la más duradera es la amistad intelectual. Mis amigos son los muertos de mi biblioteca. Esos muertos que bien vivos están. Así sea.
(ii) Durante su proceso por el asesinato del archiduque Francisco Fernando (1863-1914), heredero a la corona de Austria-Hungría, el joven serbobosnio Gavrilo Princip declaró que su pueblo se hundía en la miseria y que quiso vengarse por lo que pasaba en las aldeas.
¿Qué querías zangolotino? Champán y emular al Cardenal Giulio de Médicis...Púdrete en el infierno: quien mata por capricho merece la horca.
En la década de 1880 los franceses destruyeron el gobierno imperial de Vietnam, sin acoger ni su administración ni sus símbolos.
Pasadme el mosquetón, mon semblable: ¡Sin prisioneros!
(iii) Yo Corte Inglés.
Tú Corte Inglés.
Él Zara.
Ella Zara.
Nosotros nos rebajamos.
(iv) "Effusiones insania". La locura del derroche."Ostentatio rerum urbanarum". La ostentación imperante en la ciudad.
Ninguno de los intelectuales es verdaderamente admirable...son acalorados y confusos, con demasiada condensación y poca delicadeza; son como la mermelada de frambuesa sin crema, sin hojaldre o pan que atenúe su viscosidad.