#Escritoras #EscritoresEspañoles #SigloXIX #SigloXX Carolina Coronado
No es posible, Señor, que a quien… no vuelvas la mirada enternecido; pasión ninguna el corazón inflama que tu aliento, Señor, no haya enc… no es posible, Señor, que quien me…
Si libres hizo ya de su mancilla el águila inmortal los africanos, ¿por qué han de ser esclavos los h… que vecinos tenéis en esa Antilla? ¿Qué derecho tendrás, noble Casti…
¡Extremada bizarría! ¡Rendimiento cortesano! ¡Bondad la del castellano consumadísima es, pues con una dama altiva
De ti, señora, me contó la fama que con ingenio vivo y alma inquie… renuncias a la gloria del poeta por no arriesgar el de modesta dam… Pero dicen también que el Dios de…
En despedidas nuestra vida pasa cada día un adiós ¡ay triste vida! ¡que siendo vida en tiempo tan esc… la hayamos de pasar tan afligida! Aun el de ayer nuestra mejilla abr…
Ruiseñor, que entre las hojas de la más florida acacia has tenido todo mayo fresca, primorosa estancia, ¿Por qué picas ese ramo
Brillaba el sol aquel día con luz clara, pura, hermosa; yo no sé qué presentía, pero estaba el alma mía agitada y recelosa.
El bueno, el justo, el santo, nos da dulce convite, alcemos nuestro canto de eterna gratitud: por este pan suave
Escucha, madre mía, la de el velo de estrellas; bienhe… dulce y bella María. Escucha la que implora dolorido y mortal; madre y Señora.
Joven del rubio cabello y los azulados ojos, sabed, por la Virgen sacra, que estáis de remate loco o se ha vuelto vuestro ingenio
Ya, Neira, despedí a la golondrin… que en el techo campestre haciendo… mansa inocente mi compaña ha sido en la estación risueña que termina… la grulla en cambio ya vino dañina
Alberto, si lloro o canto siempre con voz dolorida, no es que tenga de la vida recuerdos el corazón; Es que el dolor presintiendo
¿Queréis formar un coro, hermosas las del canto peregrino, más dulce, más sonoro que el rumor argentino del agua y de los pájaros el trino…
Yo te olvidaba ya; ni una alabanza a la gloriosa bóveda te envía la cantora sin fe; sin confianza enmudece, Señor, el alma mía; horas de ingratitud donde no alcan…
Tú pensaste que el mar era tu cuna y te adormiste en él tranquilament… no ha sido para ti poca fortuna despertar en la gloria de repente. ¡Hija del alma! no hay vida ningun…