Imagen pura, deliciosa y tierna, constante amiga de mi blando sueño… tú la que ofreces a la vida mía paz y ventura; Imagen bella de la dulce madre,

Aquel nombre primero que bendijo mi labio balbuciente, después que prisionero vi a mi padre inocente, fue, Señora, tu nombre reverente.

Como aquellas lucecillas vaporosas y ligeras, que sin calor a millares se levantan de la tierra, Los amores en tu pecho,

Dejas apenas la risueña infancia; juegos, placeres de su edad dejast… Ya el dulce brillo de los quince m… cerca tus sienes. Niña aún graciosa, la infantil son…

Con el otoño perdidas son las claras y lucidas alboradas, y las flores del estío yacen en el valle umbrío,

¡Eh!... peregrino que por esta vía atraviesas con planta indiferente, ¿Vienes tal vez de tan remota gent… que el duelo ignoras de la patria… ¿Cómo no lloras ¡ay! cuando sombrí…

Para ponerte, como pides dentro, sin que te escapes de la floja oct… es preciso mirar cómo se clava tu nombre, Pepa Juana, aquí en el… si por fortuna consonante encuentr…

Ya el almendro de flor está cubier… ya he visto a la primera golondrin… de su antigua morada tras la ruina cruzar por mi ventana en vuelo inc… ya ha brotado en el césped de mi h…

Yo te vi, triste amapola, de las flores retirada mecer la roja corola entre la espiga dorada.— Leve el cuello y hechicero

¿Por qué tiembla? —No lo sabe. ¿Qué aguarda en el lago? —Nada.— De las aguas enlazada a los hilos su raíz, el movimiento suave

¡Ay! la tórtola viuda llora su bello y muerto compañero, y ensordece la muda selva, con su gemido lastimero. Gime sobre la encina

Esta serenidad de la campiña, la virginal vegetación del suelo que a nuestros ojos representa niñ… la vieja tierra; el canto, el mans… del bando de aves que hacia aquí s…

Como el aura suavísima resbala de placer en placer fácil mi vida: entre el amor y gloria dividida, ¿cuál es la dicha que a mi dicha i… Al lado de Faón, su amor cantando…

¿Qué es esa claridad que de repent… de la ermita ilumina el campanario… y del Gévora oscuro la corriente brillar hace en el campo solitario… y por qué palidecen de la gente

Al fin hallo en tu calma si no el que ya perdí contento mío… si no entero del alma el noble señorío, blando reposo a mi penar tardío.