Mi muchachito duerme
tranquilo, sin canción.
Se me perdió en el alba
cuando salía el sol
y desde entonces no oigo
la música en su voz.
Se fue con las estrellas
aunque queda el temblor.
Mi muchachito duerme
como un mínimo dios.
Se me perdió y lo tengo
en la imaginación.
Le llamo cada noche
y le cuido el reloj.
Le busco por las nubes
y le cocino arroz;
mas no le encuentro ahora
sino en mi corazón.
¿A dónde fue? ¿Qué quiso
si tenía el amor?
Mi muchachito duerme
tal vez con la ilusión
de encontrar en el sueño
lo que nunca encontró;
y yo no lo despierto,
no lo despierto, no.
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