Otra vez la batalla lenta y verde:
tu perfil de muchacho resonante
asomándome el fuego, y un instante
de temblor en mi labio que te muerde.
Otra vez los dos ciegos y el hundirme
en tu furia que mata y resucita,
y tu palabra frágil y maldita
y el milagro como un anillo firme.
Otra vez la locura que nos clava
hasta hacernos de vértigo y de lava.
Otra vez que te quejas si me quejo.
Otra vez el secreto que pregunto
y más sed y más sed, y todo junto
con la vida saliendo del espejo.