(A María Kodama)
#Argentinos #PremioCervantes #SigloXX #1976 #LaMonedaDeHierro
Sueño con un antiguo rey. De hier… es la corona y muerta la mirada. Ya no hay caras así. La firme esp… lo acatará, leal como su perro. No sé si es de Nortumbria o de No…
Soy el único hombre en la tierra y… Acaso un dios me engaña. Acaso un dios me ha condenado al t… Sueño la luna y sueño mis ojos que… He soñado la tarde y la mañana del…
Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los qu...
Temí que el porvenir (que ya decli… sería un profundo corredor de espe… indistintos, ociosos y menguantes, una repetición de vanidades, y en la penumbra que precede al su…
Ahí están los jardines, los templo… la recta música y las rectas palab… los sesenta y cuatro hexagramas, los ritos que son la única sabidur… que otorga el Firmamento a los hom…
Superados los círculos del Infierno y las arduas terrazas del Purgatorio, Dante, en el Paraíso terrenal, ve por fin a Beatriz; Ozanam conjetura que la escena (ciertamente una de las más...
¿Y fue por este río de sueñera y d… que las proas vinieron a fundarme… Irían a los tumbos los barquitos p… entre los camalotes de la corrient… Pensando bien la cosa, supondremos…
Antes del alba soñé un sueño que me dejó abrumado y que trataré de ordenar. Tus mayores te engendran. En la otra frontera de los desiertos hay unas aulas polvorientas o, si se quiere, u...
Abarbanel, Farías o Pinedo, arrojados de España por impía persecución, conservan todavía la llave de una casa de Toledo. Libres ahora de esperanza y miedo,
Siempre es conmovedor el ocaso por indigente o charro que sea, pero más conmovedor todavía es aquel brillo desesperado y fina… que herrumbra la llanura
A un compadrito le canto que era el patrón y el ornato de las casas menos santas del barrio de Triunvirato. Atildado en el vestir
No será menos un enigma esta hoja que la de Mis libros sagrados ni aquellas otras que repiten las bocas ignorantes, creyéndolas de un hombre, no espej…
La clara muchedumbre de un ponient… ha exaltado la calle, la calle abierta como un ancho sue… hacia cualquier azar. La límpida arboleda
Nunca se había demorado en los goces de la memoria. Las impresiones resbalaban por él, momentáneas y vívidas; el bermellón de un alfarero, la bóveda cargada de estrellas que ta...
Somos el río que invocaste, Herác… Somos el tiempo. Su intangible cu… acarrea leones y montañas, llorado amor, ceniza del deleite, insidiosa esperanza interminable,