Jorge Luis Borges

Atardeceres

La clara muchedumbre de un poniente
ha exaltado la calle,
la calle abierta como un ancho sueño
hacia cualquier azar.
La límpida arboleda
pierde el último pájaro, el oro último.
La mano jironada de un mendigo
agrava la tristeza de la tarde.
 
El silencio que habita los espejos
ha forzado su cárcel.
La oscuridad es la sangre
de las cosas heridas.
En el incierto ocaso
la tarde mutilada
fue unos pobres colores.
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Este precioso poema es de esos que mientras más lo leemos más nos gusta. En su escritura, ha hecho un excelente óleo con todos sus versos, donde cada palabra es una pincelada de lo que puede ser un atardecer para él, hasta llegar a la negra noche donde... " el silencio que habita los espejos ha forzado su cárcel" para invadirlo todo. Este poema tan triste, tiene sus propias imágenes y tiene también esa verdad que cada día veían sus ojos al caer la tarde. ¡Feliz cumpleaños donde quiera que estés querido Borges!

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