Bernardo López García

Arte

     Arte, palabra divina
  que gloria al talento augura;
  plácida luz que fulgura
  sobre una santa colina;
  pura fuente cristalina;
  águila de eterno vuelo;
  ángel que canta en el suelo
  melancólicos amores,
  brindando al talento flores
  de los jardines del cielo.
 
     Por él, titán soberano
  Miguel Ángel se agiganta,
  y hasta los cielos levanta
  la cruz del templo cristiano;
  por él, arranca Ticiano
  al cielo su luz hirviente,
  y por él, Osián potente,
  dando formas a la idea
  como Dios, al gritar SEA
  lanza un mundo de su frente.
 
     Por él, el gran Cicerón,
  águila de la elocuencia,
  sube al templo de la ciencia
  escalón por escalón:
  por él, con mística unción
  canta David sus creaciones;
  y por ceñir sus blasones
  le dan a su gloria fieles,
  Cano y Van Dijk(23), sus pinceles;
  Lope y Dante sus canciones.
 
     Por él, el genio sediento
  que eternos templos se labra,
  da seres a la palabra
  y a las rocas pensamiento;
  ante su potente aliento,
  la tierra cede sin tino;
  pues el mar, el torbellino,
  la luz, el monte, la aurora,
  son una creación sonora
  que hizo un Artista Divino.
 
     Por él, la mente se agita;
  por él, vive la esperanza;
  por él, la dicha se alcanza;
  por él, la conciencia grita;
  su luz es siempre bendita,
  y su poder tan profundo,
  que un rey, Felipe segundo,
  porque el Orbe no le viera,
  arrojó el arte de Herrera
  entre su tumba y el mundo.
 
     A los ecos de su nombre
  que aromas de gloria lleva,
  el hombre hasta Dios se eleva,
  y Dios desciende hasta el hombre;
  a nadie su altura asombre
  teniendo fuerza y aliento,
  pues a ese alcázar que el viento
  arrulla sobre alto muro,
  se llega con pie seguro
  por la escala del talento.
 
     Genio que a la altiva cumbre
  te vas alzando valiente,
  ansiando ceñir tu frente
  con un rayo de su lumbre;
  sigue... y si en la muchedumbre
  protesta algún ser artero
  contra el arte que venero,
  dile con desdén profundo,
  que es la primera obra, el mundo,
  Dios, el artista primero.
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