Vuelvo a casa.
El viento y su largo monólogo
persisten.
Las agonías de mañana hoy ya aquí,
di bienvenidas.
El felino rugiendo ambigüedades,
que tan lejos.
Lupanar de presagio acanallado
no visito.
Monotonía y amargura electrizantes,
paradoja.
Tú que confundes el deseo con la muerte,
labio intacto.
Lo impredecible me ha servido de afán,
a mí el medroso.
El paseo, el delirio, lo eterno así apreciado,
cruel ponzoña.
Gozando la libertad de ir construyéndome
el sol cae.
Vuelvo a casa, en efecto.