#EscritoresEspañoles (La zancadilla)
Antes de casarse Moya con Aurorita la hechicera, le puso a una verdulera un piso en la calle Goya. Para informes, la portera
Negro se va pa Triana. Y ér sabe que hemos reñío porque a mi me ha dao la gana. ¡Es mío! ¡Na más que mío! ¡Qué pases las de mañana!
De su ventana, tras el verde herra… entre flores de invierno prisioner… una mujer, humana primavera, teje, soñando, delicado encaje. Sus manos, palomitas sin plumaje,
Al hombre yo lo comparo con un barquito de vela, y a la mujer con el aire, que a donde quiere lo lleva.
Te beso, y como el agua de la roca hago saltar ternuras de tu boca me pides una rima, ya está hecha, es no más que tu nombre y una flec… Vuelve a soñar, soñador,
Dime, «¿por qué es ese llanto?» «Por una ilusión perdida, por una reciente herida, por un nuevo desencanto...» «Pues no llores más... y olvida»
Por tu cara rebonita te he comparao mi amó a la primera estreyita que sale ar ponerse er só Tienes unos dientes
Nos hacemos ilusiones… de separarnos tú y yo, y hay un hilito invisible que nos amarra a los dos. Tienes una boca
Grande pena es la de un ciego que no ve por donde va, pero mayor es la mía, que no sé tu voluntá.
Ni er clavé más primorozo, ni la roza más galana tienen tayo mas garbozo que tu carita zerrana
Todas las flores der campo ze han puesto er traje de gala, y tambien er zó se ha puesto zu corana de oro y plata. En er cielo está la luna
Tengo en mi huerta una rosa primorosa, rosa de pitiminí; y oye chiquilla preciosa, una cosa,
Era un jardín sonriente; era una tranquila fuente de cristal; era, a su borde asomada, una rosa inmaculada
La acción, en Andalucía Sevilla, calle Alminar. Salita fresca y sombría; menaje de buen pasar; hora, la del mediodía.
No sé como no florecen las tejas de tu tejao, estando tú ebajo de eyas, primaverita de Mayo