Se elige un tema, que brotó en la mente
al soplo de una historia conocida,
como la sangre roja de una herida
o como el agua clara de la fuente.
Se infunde luego, con amor consciente,
en la ficción que habrá de darle vida.
Se hace nacer a gente no nacida,
se estudian sus pasiones y el ambiente.
Y a dialogar sin mañas ni resabios:
a que al choque fecundo de las almas
salgan, hechas palabras, por los labios?
Y a soñar con Ristoris y con Talmas,
y a que digan los simples y los sabios,
Y a que sueñen los picos y las palmas