Horas calladas de fuego oculto, donde el cielo suspira un azul inc… Los días llevan murmullos rotos, eco distante de un ayer desierto. El viento juega con hojas cansadas…
Un caracol muy viajero, con su casita en la espalda, salió a pasear por el prado, siguiendo la luz dorada. —¡Qué grande es el mundo entero!—
El abuelo va despacio con su bastón de nogal; me sonríe y me saluda, tiene un gesto paternal. La abuela teje en su silla
Nací yo para adorarte, Naciste tú para mí. Destino en versos de mármol, dictados en oro y rubí. Los astros fueron testigos,
Plantaré un bello jardín, donde el viento susurre al alba, y sus hojas, como olas, bañen la tierra en su calma. Parecerá un vasto mar,
Las luces del semáforo arden verde… como si el mundo quisiera decirme… Pero mis piernas pesan, cemento y sudor, calles que nunca terminan de abrir…
Dijiste “una falta” y fue un gran… “solo un desliz” cuando ardió el a… “Un pequeño fallo”, todo se quebró… “cosas del destino” cuando él se m… “Tan solo un rasguño” y sangró la…
Toma un puñado de sombras del rincón donde nadie mira, mézclalas con agua turbia de las fuentes de la vida. Añade un suspiro hondo,
El tacto de la luz me despierta, dura, afilada, como acero templado… araña mi piel que tiembla al filo de una sombra que respira. Gotas de viento me atraviesan,
En la brisa va mi canto, como el río en su rumor, vuelve y vuelve su dolor, como el eco de un quebranto. Lo que amé quedó en encanto,
El poeta es pan amasado con las lágrimas de su madre, fermentado en noches de vigilia, horneado en el fuego de su voz. Antes de pronunciar versos,
En el agua dormida de la calle, donde la lluvia dejó su rastro, una sombra se asoma sin prisa, un eco de luz, un destello abstrac… Soy yo y no soy,
La alegría es pena que se va y se queda, es dulce cadena que el alma remeda. No existe en la vida
Días verdes de bosque, y días azules de mar, el viento canta en los árboles, las olas juegan sin cesar. Las hojas susurran secretos,
En noche fría, sin más abrigo, ni un solo amigo les sonreía. La vida es fría,