En la bruma de mi mente, tu recuerdo siempre brilla, como el eco de un río, como luna que suspira. Te busqué por mil caminos,
Engreír a mamá, dulce bendición, sol en nuestra piel, luz del corazón. Manos que nos dan
Rueda la nube, riega el maíz, canta la tierra, baila el maíz. Corre la fuente,
Llamó “chaparrón” al gran vendaval, y “leve tropiezo” a un golpe mortal. Le dijo “retraso”
Brotan flores en la pradera, nuestros corazones esperan. El canto del ave al albor, despierta en nosotros fervor. Ríos que fluyen con rumor,
Las flores del banquete En el jardín de los sueños hay flores de mil sabores, dulces como los suspiros, crujientes como tambores.
La luna serena, el viento callado, luces titilantes el cielo bordado. Estrellas que cantan
Era dorado, de forma sencilla, colgaba en la oreja con discrecion… No tenia rubi ni maravilla, pero brillaba con conviccion. Lo perdi en la calle o en la fiest…
Todavia arde la lampara que encend… Aun cantan los ruisenores en los p… Quedan cartas sin abrirse en cajon… Siempre queda una flor viva entre… Todavia guardo el vaso que tocaste…
En el agua dormida de la calle, donde la lluvia dejó su rastro, una sombra se asoma sin prisa, un eco de luz, un destello abstrac… Soy yo y no soy,
1. Valora el tiempo como un gran t… que en cada instante guarda su oro… 2. Cultiva el alma con fe y bondad… y siembra en el mundo más humanida… 3. Cuida el cuerpo, tu fiel compañ…
Ya la Navidad llega en su esplend… mas falta el brillo cálido en mi v… tu ausencia es noche fría y escond… mi alma un eco hueco de dolor. Tu risa era un refugio, un fulgor,
Nací yo para adorarte, Naciste tú para mí. Destino en versos de mármol, dictados en oro y rubí. Los astros fueron testigos,
Nombre del alma: Jorge Mario Pedro Vargas Llosa Oficio eterno: Narrador del poder y la conciencia Tono del espíritu:
Busco la luz anhelo ardiente, fulgor luciente, de Cristo Jesus. Oh Verbo fiel,